Los cambios son inherentes al ser humano;
gracias a ellos, aprendemos, crecemos, maduramos y desarrollamos competencias
que nos permiten afrontar situaciones que a diario se nos presentan; ellos nos
preparan para el futuro, para la vida.
El ingreso al jardín hace parte de los
diversos cambios que van a vivir nuestros hijos a lo largo de su vida. Es una etapa de transición donde los niños
conocen y exploran otros mundos, aprenden a
socializar con otros adultos y compañeros, y cimientan
los pilares de su formación biopsicosocial que los estructura e identifica.
Es un gran cambio, los reta a afrontar
situaciones nuevas que les suscita un sin número de emociones y
sentimientos.Y como todo cambio,
conlleva un periodo de crisis (llanto, temor), ajuste (asimilación) y
adaptación (apertura frente a esta nueva experiencia de vida).
A la par de esta experiencia que viven los
niños, los adultos viven su propio proceso de adaptación; ya que el ingreso al
jardín es un cambio familiar, que genera también sentimientos, emociones,
confrontaciones, incertidumbre e implica
nuevas reorganizaciones y ajustes familiares.
Existen
múltiples factores que influyen en la manera como los adultos asumen este
cambio, su personalidad, su estilo de relación, sus imaginarios, la red de
apoyo e incluso su propia experiencia de vida.
Lo
más importante es recordar siempre, que la manera como los padres asumen este
cambio, de esa misma manera los van a asumir los hijos, pues son los
padres las figuras que dan tranquilidad, seguridad y confianza a los hijos; son
el modelo que les posibilita comprender y sentir que cuentan con los recursos y
el acompañamiento necesario para asumir este nuevo reto.
En este proceso de transición, es fundamental
que los niños se sientan acompañados con mucho amor, tranquilidad y motivación
por parte de los padres, de la familia; para que en conjunto con el jardín, de la mano,
poco a poco a su ritmo y a su tiempo,
los niños se sientan tranquilos con esta nueva experiencia.
Para
tener en cuenta…..
·
El
proceso de desarrollo de los niños es irregular, presenta avances y retrocesos;
por tanto es normal que se presente este periodo crisis y ajuste al ingreso al
jardín y/o un tiempo después.
·
El
ingreso al jardín es una experiencia enriquecedora e imprescindible vivir;
aunque a veces no es fácil de asumir, duele y genera en los adultos dudas e
inquietudes, poco a poco se van observando los grandes logros de los niños. Es
importante que los adultos les ayudemos a significar este proceso como algo
normal en la vida.
·
Los
niños se adaptan más fácil a situaciones que los adultos, tienen muchos
recursos para lograrlo; ellos necesitan que los adultos a su alrededor les
ayudemos a descubrirlos.
·
Es
normal que los primeros días lloren o no quieran ir al jardín, importante que
el adulto, no se angustie o se preocupe; es fundamental que lo reconforte y lo
motive, para que le transmita confianza y seguridad.
·
Importante
explicarles a los niños la nueva situación a la cual se enfrentan, con sus
propias palabras y teniendo en cuenta su edad; animándolos con frases
positivas, de apoyo y confianza hacia el niño (tu puedes afrontarla) como hacia
el jardín (lo elegimos porque vas a estar bien, es seguro).
·
Todo
tiene su tiempo, poco a poco la angustia por la separación, va disminuyendo y
ellos sentirán que pueden estar bien en su jardín.
·
Mantener
en casa normas, limites, rutinas y hábitos que estructuran y organizan al niño,
y les permite mantener la misma lógica que encuentran en el jardín.
“Tendré que soportar dos o tres orugas si quiero conocer a las
mariposas” Antoine de Saint- Exupéry – El principito
María Cristina Castilla Ramos
Psicóloga Jardín Campestre del Norte