Sobre el Blog

Este es blog de nuestros niños, padres y de toda la familia del Jardín Campestre del Norte

viernes, 13 de marzo de 2015

El respeto: Una tarea que se enseña con ejemplo.

Enseñar a reconocer la existencia del otro como alguien y a respetar los espacios y tiempos de cada uno, es la clave para que nuestros niños y niñas desde pequeños vivan en armonía con sus pares y con los adultos.


Como papás estamos siempre enseñando a nuestros niños y niñas: a comer bien en la mesa, a compartir los juguetes, a no pelear con los hermanos, etc. Si bien es fundamental hacerlo, no debemos olvidar que es a través del ejemplo como nuestros niños  y niñas aprenden mejor los conceptos.
El respeto es la consideración del otro como “un yo”. Por lo mismo, incluye la consideración de los demás, pero también la de uno mismo, lo que implica poner límites y no dejarse pasar a llevar.

Lo primero que debemos enseñar es a respetar a los hermanos: 

Los hermanos son los primeros pares con los cuales se aprende a resolver conflictos. “Saber parar el juego cuando el otro no quiere seguir o  hacerle caso a los sentimientos del otro, enseña a los niños y niñas a entender que este es un proceso bilateral en el que todos tenemos derecho a que nos respeten.

Respeto a los tiempos y espacios de los demás miembros de la familia: 

Saber escuchar, esperar el turno para hablar o en una fila, respetar los espacios de los demás. Es frecuente  ver que los niños y niñas interrumpen cuando la mamá está hablando por teléfono, ahí debemos explicarles que deben esperar a que ella cuelgue para poder ponerle atención; o también cuando hay alguien en el baño, enseñarles que deben tocar la puerta antes de entrar.

EDUCAR CON EL EJEMPLO

El respeto se vive, más que se instruye, es una actitud de vida que se enseña a través del ejemplo. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan. Si cuando manejamos peleamos con los otros conductores, o si para corregir a un hijo cuando grita, le gritamos. Estamos dando pésimos ejemplos de buen trato y convivencia y el niño recibirá las señales equivocadas en lugar de comprender que no se debe pelear con los demás o gritarse”.

Es muy importante destacar cuando los niños y niñas han sido respetuosos o tuvieron muestras de consideración hacia otro, ya que este reconocimiento los alentará a seguir comportándose de esta manera y ver que el buen trato es digno de admiración por parte de sus padres y profesores.
En caso contrario, cuando han faltado el respeto a sus hermanos, compañeros o adultos, debemos hacerlos reflexionar y preguntarles ¿cómo creen que se sintió esa persona?.
No hay que hacer sentir culpable a un niño cuando hace algo malo, pero sí ayudarlo a ver que sus actos tienen consecuencias, mostrarles lo que le pasa al otro cuando somos irrespetuosos. Asimismo es importante generar un compromiso después de la reflexión para que el portarse bien se haga con libertad, con convicción y no por sumisión.